El cielo llora de impotencia por no poder hacernos más daño con el frío. Y nosotros, estúpidos mortales, nos helamos y nos mojamos.
Categoría: perdiendo
cosas
En cada cosa y casi siempre hay una colección mensurable de aporías, y te sientas con tu cerveza buscando emborracharte y llenarte de contenido gaseoso y mingitar a gusto, que ya es algo, y te descubres pensando que son dos días y que uno lo estás pasando matando el tiempo. Revisas estructuras más o menos mentales y no encuentras algo de razón en la sinrazón o de sentido en la indolencia que nos está jodiendo a todos, cada cual en la suya con nombres y apellidos. Sabes que no es tarde pero ya no tienes ni idea de cómo reconducir cualquier cosa y todo se va cuajando, solidificando, actualizando como quiere y tú sólo lo ves y discriminas: esto sí, esto no.
Y compras unas pizzas y te revuelcas por el suelo temiendo el techo de techo del piso que compone ninguna parte y te ríes y te estás riendo a gusto y piensas que siempre es todo así, de tanto y de tan escaso, de tanto que se apunta y de tan escaso que se narra. La vida, como las novelas, se narra, siempre se está narrando en un diálogo interior que marca las pautas y las desviaciones permitidas. Bah.
caras-rizos-recelos
No es siempre sencillo aniquilar la prisa, destrozar el impulso que te obliga a quedarte donde estás haciendo lo que no quieres porque tú sólo quieres salir por ahí y dar una vuelta y lanzarte en la espiral maquiavélica de la calle que es y huele y tiene sensación despistada de vida mientras un rizo te mira y tú miras un rizo
y un rizo te mira y tú miras un rizo
y todo está bien y es bueno y te preguntas dónde quedó Damocles (que se le siente pero no se le ve) y dónde quedaron los besos que no se dieron y, en cualquier caso, dónde se estarán quedando los que sí, efectivamente, estás dando y dónde los que recibes y dónde los ojos que se miran a los ojos y dónde las risas que compartes y das y estimas y te da igual porque están sucediendo,
no importa dónde vayan si están sucediendo
en cualquier caso será otro día un poco más dolido algo más despistado algo menos enfermo quizá otro día venidero miraré con más recelo el presente y seguramente el pasado y ciertamente me preguntaré dónde quedó todo esto.
Desde luego no hoy. Hoy sólo salgo a ver las caras a traves de los rizos.