quién sabe si
entrando dentro
quién como casi ninguno
y el aire, y el fuego
repetirte una y otra vez
que la solución está dentro
y el fuego, la repetición
entrar y salir
inspirar y espirar
un paso y un paso
y seguir
en ello

retomar las rutinas
construir algunas nuevas
eliminar otras que ya no deberían
volver a levantar el castillo de naipes
hacerlo desde los restos
engañarte con cartas marcadas
engañarte sin hacerlo
engañarte con ganas
quién como casi ninguno
obrar el prodigio
sostenerlo todo arriba
sólido de viento

y

entrar y salir
inspirar y espirar
un paso y luego otro
y seguir
en ello

sobretodo hacerlo

a veces, de tan distante, es dificil distinguir un recuerdo de un arco de una novela, de una canción, de un poema

a veces no sé si he sido o he escrito, si recuerdo o me invento, y con el tiempo ni siquiera creo que haya diferencia

uno es lo que ha vivido, el ahora extendiéndose como una guerra sobre lo que de nosotros queda

¿quién miente, quién dice la verdad?, ¿quién podría hacer otra cosa?

mi boca en esa boca
esa boca en la mía
fundieron dientes, lenguas, salivas
modelaron labio y piel
opacaron la tierra

una forma como otra de decir que
sudados
excitados
babeados
tensos
al acecho, acechados, acechándonos
éramos felices

éramos tan felices
que lo demás quedaba oculto
—como tantos y tantos otros
que lo fueron y lo son
mientras todo sigue sucediendo

ni tan distintos entonces
ni tan lejanos ahora

menos tensos
menos asombrados
más callados
quizá todo lo contrario

(no)

y aún así
mi boca en esa boca
esa boca en la mía
fundieron dientes, lenguas, salivas
modelaron labio y piel
silenciaron por un rato la tierra