"¡Corre, corre, corre!", me decían. Y yo volaba como me imaginaba que haría el viento y me alejaba dando grandes zancadas dejando todo aquello detrás, ganando metros segundo a segundo. "¡Corre, corre, corre!", escuchaba detrás de mí. "¡Corre, corre, corre!", oía cada vez más lejos. "¡Corre, corre, corre!", amortiguado por la distancia. "¡Corre, corre, corre!", repetían los ecos en las piedras. "¡Corre, corre, corre!", escuchaba hasta que no oía ya nada. Y entonces paraba. Me giraba. No había nada. "¡Corre, corre, corre!", reverberando en mi cabeza, más alto según iban enmudeciendo. "¡Corre, corre, corre, no dejes de correr, corre, no pares, sigue corriendo!", desde entonces hasta ahora. "¡Corre, corre, corre!", poniendo metros en medio como si tener fe en ellos los convalidara como una medida de distancia. "¡Corre, corre, corre!". "¡Corre, corre, corre!". Corre. Corre. Corre, siempre corriendo.

estaba atento y despierto
había quitado la anilla y
le quedaban unos segundos antes
de que todo explotara y
por un segundo recordó
la vida
y se preguntó si el cansancio
las ganas de acabar con todo
empezar en otra parte
cerrar el asunto
seguir en esa lucha como cualquier otra
merecía la pena
pero le vio venir con cautela
guarecido en el muro medio derruido
y pensó que el tipo
el ene ene migo migo
tendría algo más que decir
en ese estado cero de cosas que sería
la aniquilación
a la que no tendrían tiempo a acostumbrarse

y la lanzó sobre su cara
sobre las hermanas que seguramente tendría
sobre su madre, su padre
la casa en la que creció
el lugar en el que pasaba los veranos
y sintió algo de lástima
algo de resignación
algo de rabia
algo de perdón,
el perdón que a medias esperaba y daba entero
sólo porque era el dueño de la situación

sólo por eso
por eso sólo
porque tenía el control
había quitado la anilla y
le quedaban unos segundos antes

y le vio sudar y acercarse
y murmuró que lo sentía pero no lo hacía del todo
y le dio pena y no
porque era consciente de lo que habría sucedido
lo que habría sucedido si
si no hubiera tenido algo
algo para hacerse mutuamente tanto daño
como para tener que pedir perdón

el mundo retumbó
no lo hizo realmente
pero estalló

te has despertado
con el edredón hasta la nariz
y el frío
y el cielo es gris oscuro
y la noche es mucho más larga

y no recuerdas si has sido hormiga o cigarra
y de repente sientes el invierno creciendo
no sabes si estás preparado
si has hecho lo necesario
si has llenado las bolsas
si algo de lo que se esperaba
se ha cerrado sobre sí mismo