Lo recuerdo tajantemente
tú o ella estás o está
disfrutando de
una noche de luna llena
en mitad de la nada
en una aldea de Guadalajara
invocando a ciertos
particulares dioses que no
conocemos más que de oídas
-perfectos así para jugar-
estimulando sensorialmente
el alma
y la fiesta empapadita de alcohol
y el aire huele a humedad en el
lavadero y el
pilón tiene espuma de jabón
de grasa de cerdo
y tú y yo y las cosas
dando vueltas en círculos concéntricos
exactamente sobre la
frente despejada
de nuestras cabezas.