# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (751) | canciones (153) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (352) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.685) | atranques (1) |

bucles

Todavía no termino de creerme del todo que cuente con esto.

He llegado del ensayo bastante animado. Las cosas van lentas, pero es que suceden un montón de cosas que no tienen fácil solución excepto… más tiempo.

La primera es que no tenemos el tiempo que teníamos con 20 años. Es frustrante, por supuesto, pero no es algo contra lo que se pueda luchar excepto recibiendo un aluvión de dinero de alguna parte que nos conceda tiempo libre. Interesados preguntad. (Un pequeño apunte: sin embargo ahora tenemos el espacio físico en el que tocar y la pasta suficiente como para que comprar el equipo mínimo no sea mucho problema, en mi caso, y como para haber acumulado equipo suficiente para alimentar la casa de la juventud de una población entre mediana y grande, en el de fer).

La segunda es que llevo dos meses con la eléctrica y sólo una semana con la pedalera. Me he pasado treinta años con una acústica y la verdad es que todo esto me tiene un poco desbordado. Super ilusionado al mismo tiempo, tiene muchas posibilidades, pero no le saco ni una mínima parte del rendimiento que podré sacarle en un futuro. He aprendido un montón pero no tengo el gusto desarrollado: nunca me ha interesado nada la guitarra eléctrica. ¿Qué suena bien, qué suena mal en la configuración de un sonido? Pues más allá de lo evidente, que no te provoque serias lesiones en el tímpano al escucharlo, una cuestión de gusto. Tu estilo es lo que te gusta aplicado al sonido y eso te hace el guitarrista que eres. Yo parto de un cero casi absoluto, no sé qué me gusta. Ahora que estoy empezando, supongo que por contraste con el pasado, todo con distorsión queda mejor. ¿Es eso bueno? Pues a juzgar por las opiniones nop.

Con los pedales no conseguía sacar un sonido que me gustase a mí y con la pedalera los sonidos al menos a mí me gustan. Eso es un tremendo positivo.

La tercera es la guitarra en sí. No aprendí nada nunca porque pensaba en el fondo que aprender teoría sólo me haría menos creativo. No puedo defender desde ningún punto de vista ese modo de pensar, pero es el que he tenido siempre, tengo que reconocerlo. El caso es que ahora estoy atascado practicando en cosas que un tipo normal que está aprendiendo a tocar encara al tercer mes más o menos. Como antes, ilusionado y viendo las posibilidades, aunque desde muy lejos todavía.

Mañana tengo una mudanza, lo cual es un sí y un no al mismo tiempo. Tengo muchas ganas de ver a la gente que se muda y a los que les rodean, en cuanto a lo positivo, y todo el tiempo que esté allí no estaré tocando, en cuanto al drama. Me gusta haber dicho que sí, eso es verdad. Hace no mucho tiempo hubiera sido un no rotundo. No por nada que dependa de la gente a la que voy a ver, sino porque por aquel entonces no quería ver a nadie. Cosas de los dientes. Cosas de no gustarse. De saber que te van a ver gordo porque lo estás. Cosas de no dejarse ver así. Cosas de desapegarse del apego que no crees merecer.

He llegado del ensayo bastante animado. Hemos tocado tres canciones. Bueno, hemos hecho muchas más cosas con las guitarras, pero lo que más me ha gustado es que hemos tocado tres canciones sin pregrabaciones. Fer ha quitado las pistas de los temas en el pc y ha dejado sólo el bajo y la batería, y ha sonado bien. La he liado un par de veces dándole al botón que no debía con el pié, pero pese a todo me ha sonado sorprendentemente bien. Es tal el nivel de fer que yo sería feliz simplemente haciendo mis mierdas de siempre por debajo (aunque con sonidos nuevos), cantando y él haciendo sus dibujos por encima, pero entiendo que la cosa no tiene por qué ser así, que puedo aprender y complicar mi guitarra lo justito y que todo suene mucho mejor, que él prefiere memorizar y que una canción sea algo más que algo que sólo existe a lo Heráclito. Lo comprendo, pero es más tiempo. El tipo que esté en mi cuerpo en seis meses lo agradecerá, el que está hoy tiene serios problemas infantiles de impaciencia.

Las canciones nuevas nunca son buenas. Las canciones viven en el tejido cerebral, se alimentan de él y lo retroalimentan. Una canción buena empieza a serlo cuando se ha alimentado lo suficiente, cuando ha alimentado lo suficiente. Y eso es más tiempo. "Laura fuma", "Regresar" y "Un lugar" son canciones que ya han chupado y han dado lo necesario para calarnos. ¿Calarán a los demás? Pues eso ya no depende de nosotros. Bueno, sí, de lo de aprender y perfeccionar y eso. No Herácllito. De seguir adelante. De adormecer al crío un poco y darle espacio al currante. Una canción sólo se descubre buena cuando se aferra, pero para aferrarse tiene que escucharse. Es un bucle natural y, para mí ahora mismo, un poco maligno por el concepto de "que se escuche como es". No tiene sentido darle más vueltas —y, sin embargo…

En un momento del ensayo lo dejamos y salimos fuera, nos sentamos alrededor de la mesa de jardín. Chris me cuenta cosas, yo pregunto por viejos conocidos, por su rodilla, hablamos de los curros y de la vida que entendemos, vemos a los críos hacer burradas. Al principio me sobraba, yo iba allí a tocar. Pero ahora es parte del propio ensayo. Descubro con sorpresa que me empieza a gustar relacionarme. Gente maja que me importa. ¿No me importaba antes? Pues sí, pero no sabía cómo hacer ciertas cosas. Y al final resulta que es sólo, básicamente, eso. Sentarse, mirarse a los ojos, conversar un rato. Contarse cosas. Compartir tiempo juntos. Es sólo eso. Puede terminar bien o terminar fatal, pero es sólo eso.

"O cagas o sales del váter", le recordaba hoy a Chris esa frase de "Clerks" no sé a cuento de qué, de alguien que quería pero no intentaba o algo así. De alguien que decía que y no movía ficha. Da un poco igual, pero me lleva a una imagen. No importa la necesidad que yo tenga de que. Lo que importa es haber pensado en hacer algo y estar yendo ahí. Tardará más o menos, llegaremos o no lo haremos, pero lo principal es que queremos hacer algo y estamos en ello. Quejarse está bien siempre que inicie un movimiento. La gente tiende a pensar que el movimiento tiene que ser de cambio, pero no es siempre así, también puede ser de aceptación. Lo importante, lo único importante en realidad en toda la vida que yo conozco, es salir del bucle perverso de querer cambiar algo pero no hacer nada por cambiarlo o por aceptarlo, detener ese ciclo infernal de estancamiento. Lo demás es sencillo.

No tenía dientes útiles. Durante cuatro años cuatro años cuatro larguísimos años me estuve haciendo a la idea de que el único camino que se me planteaba era el camino que tenía que elegir. Tenía pánico a la operación. Un tipo con unos alicates iba a meterlos en mi boca e iba a sacarme diente a diente, rasparme hueso, preparar un mejunje vudú con la sangre que me habían robado un poco antes, taladrarme las mandíbulas para colocar implantes, pintarlos con el mejunje y coserme las encías sanguinolentas y maltrechas para enmarcar el cuadro. Unos días después de decidir hacerlo fue fin de año y me comí un puré con la cena porque no tenía con qué gestionar la cosa comida. La madre de Solano, enternecida, me dió mucho ánimo y me dijo que estaría mejor al año siguiente. Y, sin embargo, yo estaba feliz. Estaba muy jodido, por supuesto, pero al fin había hecho algo. Los implantes agarrarían o no y yo tendría finalmente dientes o no, pero al fin había salido de ese bucle de cuatro años de comerme la cabeza a diario sin ser capaz de ir más allá que ir viendo cómo morían. El alivio por haber salido del bucle de tengo que hacer algo pero no termino de decidirme a hacerlo era tan fuerte que no había mucho más que importara. (Poco después sí, claro, un bucle conduce a otro y pronto me estaba preguntando por si todo saldría bien y tendría dientes o implantes fallidos, pero esa es otra historia y por eso esto va entre paréntesis).

He llegado del ensayo bastante animado. Yo quería tocar, volver a dar conciertos, era un propósito. Y termine mal o termine bien no tengo argumentos para negarme que estoy en ello. He tocado tres canciones haciendo la guitarra rítmica. Quizá no ha salido bien del todo, claro. Pero es la primera vez. El bucle se va resolviendo y abre otros que se van resolviendo que abren otros que tendrá que resolver el que ocupe mi cuerpo en un futuro. Pero hoy, hoy por hoy, hasta ahora, todo va correcto. Dentro de lo que soy no tengo nada que reprocharme, y eso es mucho más que bastante, mucho mucho más que suficiente de momento.

Mañana me relacionaré con gente, bajaremos cosas por unas escaleras y las subiremos por otras. Estaré compartiendo tiempo con ellos. Sé que esta parte no es muy comprensible para muchos, pero es un logro, un bucle roto definitivamente. Lo que es fácil para algunos no tiene por qué serlo para todos.

He llegado del ensayo bastante animado, no podía ser de otro modo. Tengo que volver a ver "Clerks". "O cagas o sales del váter" ya merece un Kevin Smith al completo.