Sólo hay dos tipos de personas en realidad, los que piensan que son capaces de hacer cualquier cosa y los que piensan —piensan, ojo— que no son capaces de hacer una mierda. No hay término medio más allá de la sensación general que tiene cualquiera de ellos de ser sensato y realista.

Yo también lo pienso de mí mismo, claro. Todos los demás estáis como regaderas.

Dibujo dinos y palmeras entre un montón de tonterías y apuntes del curro. Puedo coger un lápiz y estar horas dibujando orejas. Puedo coger la guitarra y tirarme horas cambiando de re a sol una y otra vez mientras canturreo melodías. Sin embargo, no puedo tirarme ni tres minutos escribiendo algo que no sé de dónde viene ni a dónde va.

Creo que eso lo explica casi todo.

Le tocó renovación al sobremesa también, cómo no. Se me olvida GIMP de uso en uso y me da rabia. He estado revisando carpetas, ¿qué he estado haciendo todo este tiempo más que borradores de cosas que no van a ninguna parte, canciones, dibujos, novelas, fotos, poemas, esquemas, cursos? Si pienso demasiado me cabreo, así que voy a optar por no hacerlo. Creo que estoy leyendo demasiado de Asano últimamente y me convierto en casi cualquiera de sus personajes en cuanto me despisto un segundo.

Cambiar el estilo y revisar viejos archivos es mucho más de lo que planeaba hacer hoy después del curro y el dentista, así que me voy a caminar, a dejar el melón en blanco y respirar a duras penas.