Éste es un ejemplo de la hipocresía de Estados Unidos y Europa, que hablan de libre comercio y lo que están consiguiendo es crear una enorme hostilidad en los países en desarrollo. En 1994 hubo una ronda de negociaciones entre los países occidentales y los estados en vías de desarrollo con objeto de abrir el mercado a los textiles de estos últimos y mientras que EE.UU. y Europa pedían diez años para adaptarse a esta realidad, les exigían a los otros países que abrieran ya sus economías. La realidad es que durante estos diez años de prórroga, EE.UU. y Europa no han hecho nada para adaptarse. La situación actual no tiene justificación. Y la realidad es que se trata de un problema de un grupo concreto, porque tanto los consumidores como los vendedores de ropa están encantados con los textiles asiáticos, ya que pueden comprar y vender productos más baratos.
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Desde el punto de vista económico, la inmigración es positiva porque genera crecimiento. En EE.UU. es evidente, sin los inmigrantes no se hubiera convertido en la potencia que es. […]
Joseph Stiglitz, Congreso Nacional de Economía (A Coruña) 29/09/05.
Que vengan a hacer cositas aquí barato, pero que no las hagan en casa y nos las vendan barato. Eso de enseñar a pescar es cosa de hippiosos. Este discurso que se está fraguando y aceptando socialmente esconde una de las más flagrantes hipocresías.