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Año: 2004
Julio Cortázar. Libro de Manuel.
Julio Cortázar.
Libro de Manuel.
Suma de letras. Punto de lectura.
© 1973 Julio Cortázar y herederos de Julio Cortázar.
© De esta edición: mayo 2004, Suma de Letras S.L.
Diseño de cubierta: Sdl_ar
Fotografía de cubierta: © Sdl_ar
Diseño de colección: Suma de Letras
Impreso por Litografía Rosés, S.A.
Es el mejor libro de Cortázar que he leído nunca. Es el mejor libro que he leído nunca, en general y sobre todo. No hay más forma de contar realmente la realidad que de un modo fragmentado, reverso y lleno de variables, de otro modo no se elude la tendenciosa simplificación (ojo con aquellos que cuentan a medias las historias para aparentar una falsa profundidad). Las historias no se simplifican acortando los hechos, ni se perfeccionan compilándolos, la historia es bien contada cuando no se eluden todas las variables que siempre están presentes en la misma vida. Es un anti best-seller. Es justo la dinámica contraria en la exposición del contenido. Es técnica diametral. En este sentido es una historia bien contada. Muy bien contada. Excelsamente contada. Lo mejor que he leído nunca, y sin ánimo de tirarme flores, eso ya es. Está, significa, he leído mucho. Esta mahou por ti, Julio. Realmente lo hiciste, cabrón.
De la historia no digo nada, que cada cual.
in the middle of the town
«Nueve de cada diez dentistas recomiendan un chicle sin azúcar, esta noche aquí en primicia para todos vosotros el hijo de puta que recomienda un chicle con azúcar.»
Faemino y Cansado. Siempre perdiendo.
Night of sorpresas te da la vida la vida te da sorpresas y relacionadas con:
1. La abuelita de piolín.
2. El rumor incesante del tiempo.
3. Evidencias insustanciales sobre el porqué de las cosas.
Un buen día para constatar que la piba de Andrés es muscho (no only físicamente, you know, hablamos ahora del trasfondo de las cosas o bambalinas de la realidad), qué Móstoles existe (sic) y que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba proporcional al volumen del fluido desalojado. Es decir, que mientras más cerveza ingieres o sumerjes en tu estómago proporcionalmente mayor es el empuje, hasta un punto innombrable o de no retorno en el cual te hundes en el sueño hasta la mañana que viene siempre pero raras veces (rarificadas en el lapso) a tiempo.