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güisqui o poleo

Vivir sólo no es algo bueno, ni malo. Es algo a lo que, simplemente, te acostumbras. Bueno, excepto a lo del palomar, a eso no me he acostumbrado todavía. Si alguien quiere financiarme, que me compre una cámara digital y os lo enseño todo. Tendría que haberme quedado con aquella que compré y devolví, narices, y haberme comprado una bici mejor. Al final todo se lo lleva el viento, o el tiempo, en su defecto. Tengo que arreglar un par de cosillas de por aquí. De momento todo esto se mantiene en secreto, aunque hoy he tenido una filtración, pero no puede ser perfecto, supongo.

No hay nada mejor que llegar a casa y ponerte un güisqui o un poleo. Hoy me he decantado por el poleo, hoy no quiero salir, quiero seguir con la lectura de Miller, intentar acostarme pronto y mañana ir descansado a la facultad y luego al curro. Joder, aún espero el día que duerma diez horas seguidas sin ningún problema, pero siempre me despierto, por que pienso en ella, o porque he tenido un sueño con ella (bueno o malo, últimamente buenos, es decir, indoloros). Cito mi horóscopo en el Metro de hoy: «Tu vida está como para hacer de ella una adaptación cinematográfica o, más práctico aún, todo un culebrón de esos interminables». Me quedo, sin duda alguna, con la adaptación, los culebrones no me gustan nada. Bueno, señores, este de aquí se retira, que desde el domingo (incluído) me parece que he descansado el… el lunes, creo, el resto de los días hubo mundo, hoy habrá el mundo de otro, el de Miller.

ritual esquizoide

Ritual esquizoide de las cervezas, el tabaco, la guitarra y la pluma.
Dentro de un rato vendrá Rosa, e iremos a tomar unas cervezas. A ver qué
hay por ahí. Anoche estaba a las cuatro de la mañana pegando gritos en
plaza castilla, perreando un cigarro y una cerveza, como un demente.
Luego me tumbé en un banco, llamé a Lore, y me fui para malasaña. Llegué
allí tarde y allí estaba lore, esperándome. Qué paciencia. Como me carga
que todo el mundo me diga eso del crecimiento personal. He estado
hablando con la madre de Lele y me ha dicho lo mismo: que esto me haría
crecer como persona.

Ya, a lo mejor como crece un cáncer.

Lo siento mucho, María, pero ayer no era un buen día. Sólo te dije en
tono irónico que sí, que tendría que aprender a vivir con ello, que con
el tiempo no dolerá y tal. Pero fue suficiente. Lo siento. ¿Quién me
puede ayudar? Pues nadie, es un problema de vencer la resistencia de mi
cerebro a adaptarse a una nueva situación dada frente a la que no puedo
hacer nada. Depende de lo que tarde en pisparse. Creo que mi cerebro
todavía anda por ahí pensando que Lele está de vacaciones. Y que aún no
le ha dicho nada al corazón, para que no se afecte.

Recapitulo, y lo hago en público para que el efecto sea menos
transitorio. Vivo sólo y más o menos me lo puedo permitir, tengo un
curro que me deja tiempo libre, una carrera que espero terminar este
año. Tengo montones de amigos, que valen todo lo que son. Mi familia
vive casi al lado, por lo que puedo verles siempre que quiera o lo
necesite. Tengo el ordenador, la guitarra, una mesa de mezclas, todo
bien conectado. Estoy grabando temas. Estoy escribiendo una nueva novela
y un par de libros de poemas. Me siento el puto hank, luzbel kike,
perreando todo en esta vida, rompiendo la noche. Por el día escribo o
toco. Estudio mis asignaturas, trabajo relajado. Por la noche abro la
cerveza, me destrozo la voz con el tabaco. No veáis que espectáculo más
deprimente escucharme cantar en las grabaciones, soy una mezcla entre
rosendo, sabina e Iggy Pop. Todo eso soy yo. Me empeño en matarme, pero
supongo que será temporal. No puedo estar mucho tiempo sin voz, eso me
mata del todo.

Leti me dijo que tuviera cuidado, que soy autodestructivo. Me vendría
bien no perder esa pista.

Debería ser suficiente para encontrar algo que hacer.

Oye, cuidaros mucho. Todos.

voces del fregadero

Litros, litros de nacar en danza octarina sobre la mesa, revoloteando
los cuadros de lele, encogiendo el teléfono, que no para de sonar.
¿Quién coño me llama? Yo he nacido para estar solo, siempre he estado
solo. Si suena es un espejismo, nunca sabré qué tipo de nadie hay al
otro lado. El baile de litros ondula en mi frente, frunciéndola. Uno
tras otro dejan su mensaje, vienen y se van y en todos pone mahou.
Agradezco que me subvencionéis los vicios, quién sabe qué tipo de otra
locura me está matando. Al menos la cerveza será a largo plazo. No hay
forma de salir de esto, porque yo no quiero. Porque sólo quiero a Lore,
por encima de todas las cosas. Todo lo demás sucede mientras tanto.

Es fácil, veo la salida al otro lado. Entiendo la puerta. En la puerta
pone otra vida. Yo me quedo con la que tengo. Reviso mis notas, cientos
de notas en un cajón, cientos de notas perdidas que no van a ninguna
parte, porque nunca fueron a parte alguna. Ya ni me importa Lore, la
Lore real, mi amor es intemporal y no entiende de presentes, porque el
presente apesta. En este presente Lore hizo lo que debía, aunque no
coindida con lo que hubiera hecho yo en mi presente, de haber podido
hacer algo. Tomo fuerzas, un sorbo más, una calada, lentamente hacia mi
propia destrucción. Suena el teléfono, como una melodía que no se
interrumpe. No sé quién me llama, quién puede querer hacerlo. Esto
apesta. Llamo dentro, por si queda algo, pero todo está en ti, que nunca
lees estos correos. Hay otras vidas, pero no me interesan. Es patético,
quizá, pero necesito más cerveza. Ella me odia por la cerveza, ella no
me conduce a la cerveza, me conduzco yo solo. Como en todo, yo solo.

Un fin de semana entero para perder el control, dentro de poco diez días
enteros para perder el control. No tengo dinero, pero no me importa, me
iré a Aranjuez, a pasar frío en los parques, por la noche, a sentir el
frío. A sentir algo más que dolor. El frío es frío, esta lenta
disolución de todo lo que hemos sido y querido hasta ahora es dolor.
Dolor que atraviesa mis ojos como finas agujas. Pasan los párpados,
atraviesan la retina y pof. A pasar frío en los parques, a dejarme
embriagar por el puto frío. Lele existe, está en alguna parte haciendo
algo sin mí. No olvidemos eso. No lo olvidemos. No es como si hubiera
desaparecido, ella sigue existiendo, ajena a mí, lejos de mí. Tengo
ganas de recrearme en mí, de ir a exposiciones, al cine, a otras cosas.
Pero no olvidemos que el dolor duele, y me obliga. El dolor me mata, el
dolor me penetra como luces brillantes destellando en mis ojos. Hay
otras cosas ahí fuera, pero no merecen la pena. Hay un Miguel que está
por ahí viviendo perfectamente sin Lore, pero no en esta curvatura del
plano del espacio-tiempo, no aquí.

Trago, calada. Lento hacía mi denostación. Ojalá dejara de sonar el
teléfono. Sé que no es ella, eso es algo. No me ha llamado en todo este
tiempo si no la he enviado un mensaje antes. Noto como pierdo enteros,
es la cerveza. Retomar mi vida, dicen las voces que salen del fregadero.
No me importa mi vida sin lore. Para hacer una carrera hay que pasar por
todas las bases, ahora estoy en segunda base, la del dolor extremo. La
de la muerte, noto como me voy pudriendo. Apesto, huelo a carne
corrompida, corrupta. Voy a llenar de mierda los momentos más bellos
esta noche, voy a vomitar sobre todos los que no son lore. No me voy a
sentir bien, no es una declaración de intenciones, es una predicción. Y
sobre el tiempo, circular, de todos, el eterno retorno de la eterna
muerte. Todo lo que sucede una vez sucede mil veces, volverá a suceder
todo, desde Medranda, para acabar en esto. Una y mil veces, como una
peli que la vida repone constantemente. Para acabar en esto. En mi
cabeza la reponen cada segundo, cada segundo vuelvo al principio. Hay
otras vidas, pero no son la que compartí con lore. Esa ha muerto, ha
desaparecido. Se ha llenado de gusanos, apesta. Volverá sólo para
llenarse de gusanos una vez más. Esto quizá ha sucedido antes. Quizá
está sucediendo ahora en otra parte, en otro plano.

Lenta disolución, me queda una media hora de coherencia. Ella está por
ahí, ajena a todo. ¿No lo entendéis? No le importa. Más sorbos. No
importa nada. No me importa nada. Vuelvo a llenar el buche, pierdo el
tiempo. El camino es la disolución, aunque para ella el camino es la
reconstrucción. Para reconstruirse hay que tener ganas, tener un
objetivo. Tener empeño. Yo tengo empeño en el thanatos.

Es fácil, me dicen. Empezar de cero. No hoy, ni mañana. Empezaré de cero
porque la vida obliga, y no se le puede poner freno sin violencia.
Empezar de cero, me decís todos. Para eso hay que tener esperanza, en lo
que sea. Para todos es muy fácil, Lore me ha dejado y tengo que seguir
adelante. Es muy fácil, sencillo. Sencillísimo. Es cuestión de arrancar.
Ya está. No hay nada más fácil.

Cientos de pibas, cientos de vidas por ahí. Llaman otra vez, no sé quién
será. Mierda vida. No me interesan las alternativas. Me voy a
emborrachar. Voy a desaparecer. ¿Qué haré esta noche? No importa, ni
siquiera lo recordaré mañana.