# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (759) | canciones (157) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (356) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.704) | atranques (1) |

cadena trófica

Lunas nuevas bajo el cielo estrellado. Quién sabe qué. Tengo una nueva visión, una visión mejorada, más eficaz, penetrante, sutil, una visión más potente, equilibrada, suma. Tengo un montón de cabezas rodando a mis costados que ríen con caras desenfocadas. Pero ahora ya no pesan. Al menos de momento. Tengo un corazón de prestado, ya dije, más pragmático, cumple funciones de circulación sanguínea. Tengo un montón de miradas acumuladas en mi cámara. Y esas miradas empiezan a reflejar las mías. Tengo un montón de ideas que refulgen turbulentas sobre el tapiz redescubierto de las relaciones sociales. Son un tapiz exactamente, un lío que forma una imagen.

Al empleado de Opencor habría que empalarle con la verga de un garañón especialmente bien dotado.

«Cadena trófica» da vueltas en mi cabeza. Retroalimentación, interdependencia. Caras mojadas en las lunas de los bares que toman cañas y se miran, unas a otras. Caras perdidas en la mayor parte de los casos, sin fundamentación sólida (juajuajua). Sin nada más que una idea. En el mejor de los casos y… equilibrio.

Tomo un poléo con Boecio por las noches. La rueda de la fortuna de ignatius me hizo mirar por ahí. Los tropos hicieron falta porque estaba empezando a sentir la necesidad de convertir mi pensamiento en dogmático para acabar con tanta indecisión, tantos pasos desorientados; y pirrón habló y todo cayó por tierra. Recupero algunos conceptos, cadena trófica, cantidad de calor, entropía (siempre a vueltas con), sístole, diástole, arritmia, fibrilación, vasos comunicantes, cuántica. Todo está componiendo una gran metáfora tras la que meter el amor (¿qué hacer con un anacronismo como ese si no?, ¿qué con una inutilidad semejante y semejantemente despreciada, hundida y pisada?)

Al empleado de Opencor habría que golpearle en las gónadas hasta invertir su posición.

Distancia… la realidad es que todo es distancia, te vas introduciendo en otra parte, (¿quién decía «tus pasos en esta calle resuenan en otra calle donde sólo es real la niebla»?). No importa, tienes agallas para todo. Por todo. Para las llamadas y las indefensiones aprehendidas y las soledades y las miradas torvas y la niebla y los ojos y las lunas y los caminos que se han borrado.

Ayer vi una película en uno de esos canales detestables. El tema era sugerente. Un hombre soñaba y todo cambiaba en la realidad con respecto al sueño. Pero los sueños no van en línea recta, dan tumbos. En uno de ellos mandó lejos a la persona a la que amaba, y en la realidad del día siguiente ya no había amada ni recuerdo.

Pero él tenía la intuición de que sí había sido. Y ni siquiera recordaba su cara, ni su olor. Y era imposible hacerla volver porque no sabía nada. Claro, no quiso volver a dormir. En ese punto la película se convertía en la mierda que era. Pero esa idea…

domingo

12:00 PM. Me levanto.
13:00 PM. Me siento en el sofá con un café. El pié prácticamente no duele. Me pongo a limpiar el suelo del pasillo y el salón. Repaso el suelo de la cocina y del baño.
13:45 PM. Escribo algunos versos ácidos sobre detalles incomprensibles.
14:00 PM. Llamo a mis padres y les digo que no voy a comer, que voy a tomar café.
15:25 PM. Pongo incienso, ya está todo más o menos limpio (menos el dormitorio-estudio, ese ni tocarlo). Me siento un rato en el ordenador.
17:00 PM. Voy a casa de mis padres, allí está mi abuela y mi tío Ignacio. Charlamos un poco de todo. No sabía lo de Lore y me pregunta por ella. Le digo que chas. Me dice que ya no tengo edad para tonterías y que mi primo,un año menor, se va a casar. Le digo que es normal, que está en la edad, y escondo mi alma a cubierto detrás de las cejas.
18:30 PM. Salgo de casa de mis padres, estoy confuso, paso por los frutos secos y compro coca-cola, doritos, unas cosas que le gustan a mi hermana (y a mí por extensión, supongo) y unas bolas de bolsa verde. Me arrastro hasta casa, el pie me duele una barbaridad.
19:00 PM. Me llama Jara, que ha terminado de ensayar, y viene a verme. Tomamos unas coca-colas y hablamos un rato de todo un poco. También de lo que no debemos.
19:30 PM. Me llama Cisneros, dice que viene con las amigas de Colmenar. Miro a mi alrededor, veo lo decente que está todo y afirmo.
22:00 PM. Hemos estado charlando los cinco de puta madre. Ha sido un ratazo estupendo. Por supuesto, les ha encantado la casa. Una tarde intensa. A esta hora ellas se van.
22:30 PM. Seguimos charlando de todo un poco y de ellas los tres. Jara se va. Como esta tarde he aprendido a utilizar la cámara de fotos como webcam cuando Jara llega a su casa hacemos un poco el memo los tres a través del messenger.
23:00 PM. Cortamos el messenger. Dany y yo empezamos a hablar. A sacar fuera respectivas cartas marcadas y dolientes. Nos purificamos en el dolor un rato y también nos contamos mutuamente los momentos más bonitos. Eso me deja una sensación de haber vivido cosas que estarán conmigo para el resto de mi vida.
01:30 AM. Se va Cisneros. Veo el final del programa de Dragó y entero el de Punset. Qué bestia. Dice que en nuestra mayor parte estamos formados por átomos. Como si estuviéramos formados también de otra cosa (el dice átomos y moléculas (compuestas por átomos). Al final del programa me duermo.

un ignatius reilly de pega

Un ignatius reilly de a tomar por culo se mueve, gordo, perezoso y directamente desubicado, entre los coches perdidos y las aceras grises, grises, grises de baldosas cuadradas y sólo piensa en el bocadillo. No tiene la talla de ignatius, tiene menos información, está de hecho mucho menos confundido por ello. Sabe que hay un sitio. �Qué más da que el mundo esté tan equipado si no te comes las palomitas que te he comprado�, cantaba doctor grillo. Es una interesante cuestión cuando. Uno tiene la sensación de ser un puto crío. Con lo fácil que sería todo si las cosas estuvieran más claras, me digo, si no tuviera tanta enfermedad encima, o tanta niñería, o tanto apego por lo que me produce apego.

Es cuestión de preguntarse dónde estoy. Es difícil responder incluso a eso. Es fácil responder a lo demás. El dolor se mantiene porque no quiero perder lo que lo produce, aunque ya esté perdido, de hecho.

Darle vueltas a eso es lo que quiero. ¿Por qué duele? Porque dejas que duela. ¿Por qué dejas que duela? Porque no quieres otra cosa, no olvidas. ¿Por qué no olvidas? Porque no quieres. Prefieres esto al olvido. ¿Seguro? Sí. ¿Masoquismo, flagelación? No tiene nada que ver con el dolor. El dolor se produce, pero no lo busco. Lo que no quiero de ningún modo es olvidar lo que quiero recordar, aunque duela hacerlo. Eso lleva a la cuestión central directamente, sin puntos de partida errabundos ni ocasos más o menos traumáticos. Lo que no quiero es dejar pasar, quiero luchar. No importa el dolor o mi propia destrucción en el proceso. Merece la pena morir por esto, si es que merece la pena morir por algo. Entonces todo este dolor, toda esta destrucción, ojos rotos, manos rotas, vida rota, responde a una búsqueda, a un objetivo, a una decisión (confusión, según el taxógrafo al que se cuestione). Por ello merece luchar.

Y aquí viene la desolación brutal. Una vez hallado lo que se quiere, lo que se ama… joder, ¿por dónde empiezo a luchar?, ¿alguien sabe cómo?

Un ignatius reilly de mierda, de pega, falso como el solo, deambula como un parásito entre los coches pensando en el bocadillo del pans que se va a comer y no mira a ninguna parte, concentrado en lo suyo. Yo estoy algo detrás, apoyado en un coche, siguiéndole con la mirada mientras pienso en todo esto. Me doy cuenta de que todo lo que sucede lo hace porque así lo quiero. Al menos todo lo que se refiere a mí mismo. Se pueden tapar los sentimientos con cualquier tela. Cosas peores se han visto. Quizá es que es importante. Quizá es que no quiero otra cosa. Saco el golden virginia y un papel, me lío un cigarro. Me lo enciendo y miro al gordo entrar en el pans. Para él todo está listo, sólo tiene que entrar, hacer cola, pedir, sentarse y estará comiéndose el bocadillo. Los pasos están claros ahí. Yo a lo mío.