Tener en mente una especie de artesano. Un tipo que, tarde tras tarde, se sienta en el mismo sitio, escuchando quizá la misma música y haciendo lo mismo, en ello. Entregado. Pero para eso, ojo, tienes que darle importancia a lo que haces, y eso no es siempre tan sencillo. Nos vamos a morir y todo el rato barruntamos ¿qué he hecho yo mientras tanto?, y eso impide darle la importancia suficiente a algo como para repetirlo una y otra vez sin saber si va a terminar en alguna parte, y el no repetirlo hace que no llegue a convertirse en nada, que se quede en esbozos, en intentos.
Categoría: hago
dentrofuera
Así que a cualquier cosa se le llama viaje, pero creo que con razón. Si el asunto es dejar de tener que ocuparse mediante entretenimientos ajenos para entrar en tu propia cabeza como si fuera un parque de atracciones, dejarte llevar mientras construyes para terminar sacando un mundo rico en el que fluirán los hilos de las historias que quieres contar o cantar o tocar (ejecutar suena raruno en este contexto), si el asunto es realmente ese no hay otra forma que llamarlo más que viaje.
Ese mundo está ahí y lo ha hecho desde siempre, nunca ha dejado de estarlo, pero quizá cueste trabajo prestarle la atención que merece entre los disturbios del día a día y los diferentes fríos que se pueden llegar a sentir en él. Lo reconoces porque es el lugar al que vas cuando ya no hay otra parte, aunque la intención esta vez es darle una utilidad diferente: que sea marco de lo que sucede y no último refugio.
salir
Es como una puerta, pero estoy en el dintel. Si te centras en recrear un mundo es posible que, durante el tiempo que estés en ello, puedas desdibujarte o dibujarte de otro modo. Es algo que me gusta. De momento no está funcionando muy bien, sigo pensando que tengo un fuerte sendero afantásico en mi cabezón, pero sí lo hace a intervalos. El trabajo rompe el proceso, claro. Revienta la inmersión. Uno de los caminos a la locura puede ser meditado. No tengo ni idea de si puede ser controlado, pero supongo que sí. Al fin y al cabo crear ha sido siempre lo mismo para muchos. Necesitas una película o un libro o un buen disco para enajenarte de ti, pero… ¿y si pudieras hacer sin necesitar nada más que tu intención de hacerlo?