# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (759) | canciones (157) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (356) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.705) | atranques (1) |

cerebro colectivo

Había ido a por pastillas de jabón. Hace tiempo que no me gusta el gel, no me gusta el champú, no me gusta el suavizante, sólo pastillas y pastillas de jabón. Quién me iba a haber podido decir jamás que uno de los mayores placeres de mi vida iba a ser que pegase bien la lasca de la pastilla anterior sobre la nueva. Que no se suelte al enredarse en el pelo, que no se suelte al frotar fuerte la piel, que se quede allí hasta que se desvanezca y deje de ser un problema.

Llegué al estante y cogí un paquete de cada tipo, heno, aceitunas y almendra. No sé si me viene bien variar pero varío. Entonces el tipo se acercó y me preguntó por uno de ellos. Le dije que no tenía ni idea. Me preguntó si lo estaba comprando para mi madre, por lo de no tener ni idea. Le dije que no. Que sólo podía decir que el de heno me gustaba para la rutina, para los días que sonríen y se van sin decir nada luego, que los de aceitunas eran para después de un conflicto y que los de almendra definitivamente eran para un esfuerzo extra. Me preguntó si siempre tenía tres pastillas medio empezadas. Le dije que no, pero que servían igual estando.

Y entonces empezó el monólogo que escucho por todas partes salpicado de el gobierno e inútiles y los impuestos y el Falcon y la mujer y perrosanche y al final estábamos mejor antes y no hemos ganado tanto, yo diría que hemos perdido. Me pregunto qué da pie a tanta gente para que exploten siempre por el mismo sitio. Qué narices he hecho yo, que no me relaciono con nadie, para comerme la misma nadería tres veces por semana. Me pregunto si alguien alguna vez ha pensado algo por si mismo o si somos una especie de raza múltiples individuos con un solo cerebro conectados por la boca y los oídos.

Yo tengo mi opinión al respecto pero nadie pregunta, todo el mundo da por hecho que sólo hay un pensamiento posible y no conciben que tú puedas pensar distinto. Le dije al tipo que por favor visitara a un dentista en cuanto pudiera porque le apestaba muy fuerte el aliento, me disculpé por tener prisa y corrí hacia la caja como si un cronómetro estuviera midiendo mi capacidad de salir de allí en una especie de simulacro de incendio. No sé si me da miedo explotar o que me sigan explotando. No sé si me da rabia o pena. No sé si me desilusiona o me aterra. Probablemente lo último. La atención es una herramienta muy peligrosa. Mejor siempre poner tierra de por medio.

escribir

¿Debería volver a escribir? No lo sé. Me tienta. Pero lo pasé tan mal escribiendo "Huim" que me cuesta mucho trabajo ponerme a ello de nuevo. Me gustaría retomar el mundo que me costó tanto hacer, ese mundo uniforme del Consejo junto con los autoexiliados de la Suma a través de las cepas emigradas. No sé si lo voy a hacer o no, pero ya estoy dentrísimo.

Quiero quedar con gente, pero me cuesta estar con gente. He perdido una habilidad ahí que, realmente, no sé si tuve alguna vez. Yo creía que sabía relacionarme pero lo único que sabía era ser el centro de atención. Lo que pensasen los demás… pues ya si eso alguna otra vez. Me cuesta estar con gente. No sé si me dicen la verdad o si me están mintiendo esperando que comprenda algo implícito. No sé si les caigo bien. No sé si quieren estar ahí conmigo o si están y ya. No es que ninguno de esos temas me preocupen en exceso —me refiero a preocupación crítica, en otros rangos por supuesto que me preocupan—, es que no sé leerles y eso me intranquiliza. Tengo que concentrarme, me canso, me agoto y no termino de sacar nada en claro tampoco. Si es que supe alguna vez, ya digo, no sé en qué punto perdí esa habilidad de estar en el mundo rodeado por otros. Tanto con los grupos de música, como con los amigos, como con los compañeros de trabajo, como (aunque menos, bastante menos) con la familia directa. No sé qué están pensando, dudo de lo que dicen, dudo de lo que digo yo mismo, no soporto los silencios y los relleno con lo primero que me pasa por la cabeza. Es un juego extenuante y extraño en el que hay que conocer los pasos para continuar con el baile al ritmo de la música. Necesito que me rodeen y me intranquiliza que lo hagan al mismo tiempo. Una sensación nada agradable.

una tregua en alguna parte

Todo suele arrastrarse. "Todo sería mejor si no soliera irnos tan mal", decía en Un mejor lugar. Y es que es en cierto modo una constante, un ruido de fondo. Empiezas algo, lo que sea, y todo es rozamiento, freno. Me estoy quejando y seguramente no debo, pero por qué es tan difícil todo. Porque no, alguna vez, las cosas simplemente salen y siguen saliendo. Por qué todo cuesta tanto esfuerzo. Todo, siempre, todo. Un rechinar de engranajes, dificultad para mantener todo en movimiento, vayas a donde vayas, hagas lo que hagas, excepto si no haces nada.

No quiero decir nada en realidad, sé que de muchos modos tengo suerte y que. Es una queja nada más, un "ay" suspirado. Es que molesta, es que es constante, es que es siempre, es que a veces es muy muy cansado estar siempre empujando hacia delante, o hacia atrás, o hacia donde sea que me esté dirigiendo.