# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (759) | canciones (157) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (356) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.705) | atranques (1) |

lo que no importa pero claro que sí

Quién sabe lo que estás haciendo con tu vida. Es más, quién sabe qué está haciendo tu vida contigo.

Uno se acostumbra de tal modo a las interfaces que usa que, al final, la interfaz es uno mismo. La magia de acostumbrarse a una es precisamente eso: dejar de pensar en el modo en el que hacemos las cosas para centrarnos en hacerlas.

Hace años le compré a mi madre una radio digital con la que nunca se hizo. No la usaba mucho. La radio es fenomenal, de hecho la tengo en mi cocina ahora mismo, pero no le daba esa fluidez. Encontré el mismo modelo con un potenciómetro para el dial, otro para el volumen y un interruptor para pasar de AM a FM, esa sí que le cuadró, ahora la usa cada día.

Las interfaces que hacemos nuestras tienen esa capacidad. Puedo escribir mensajes de voz, puedo buscar con la voz, puedo usar el mando para jugar, pero lo que aprendí a manejar en su día fue el teclado. No sé realmente dónde están las letras en el teclado, sólo sé que cuando quiero pulsar una el dedo va solo.

Ese es el poder de las interfaces y su peligro. Como el anillo de Sauron el anillo no es nada sin él, pero tampoco él es nada sin el anillo.

El finde pasado hablaba con David y Laura de la fantasía que es el mecanismo de la cisterna del váter. No requiere energía añadida y hace su función de un modo sencillo, le das a un botón y lo que tiene que suceder sucede. Ese es el tipo de ingeniería que construye interfaces que me gustan. Recuerdo que Laura dijo que nunca había pensado así sobre ello. Y me recuerdo a mí pensando en que, precisamente, las mejores interfaces son las que desaparecen hasta que se estropean.

Así que, ¿quién sabe lo que estás haciendo con tu vida? Pero, sobre todo, ¿quién sabe qué está haciendo la vida contigo? En medio de esta deriva estamos intentando llegar a viejos. Estamos intentando vivir otro día, y luego otro, y luego otro, y si podemos uno más, y si es posible uno más, y si pudiéramos uno tras otro.

Escribo esto con Xed. Qué maravilla. He tenido que ir a ayuda, acerca de, para saber cómo se llamaba (aunque llevo años usándolo). Esa es la única magia que existe.

Somos bichos autoconscientes, pero pagamos un precio por ello. Y algo sucede cuando escapamos un momento de ahí, algo sucede. Así que… ¿qué estás haciendo con tu vida? ¿Qué está haciendo tu vida contigo? Las mejores interfaces son las que desaparecen hasta que se estropean y, de repente, nada tiene sentido.

confuso

Estoy cansado. No físicamente cansado, sino un poco desmotivado. Dejé de subir una canción a la semana al canal de youtube y he dejado de componer. Lo viví como una liberación al principio pero ahora estoy un poco confundido. Un poco raro. Me contactó la nueva casera y quiere hablar. Eso me aterra, sé perfectamente cómo está el tema de los alquileres ahora mismo. Me aterra.

Recuerdo que Bukowski decía en alguna parte que le gustaban los trabajos de mierda porque cuando perdías uno tenías cien a elegir dentro de la misma mierda. Ahora mismo no hay casas de mierda entre las que elegir, lo que hace a la mía insustituible. Si eso no es para acojonarse no sé qué lo es.

Pero es que además había entrado en una situación en la que me sentía más o menos a gusto. Podía vivir, podía ahorrar un poquito, podía sentir que mi curro no estaba mal del todo y, para redondearlo todo, tenía una afición que me daba la sensación de tiempo bien aprovechado (La Verdad no es algo que me importe en absoluto, pero la sensación sí, que lo que hago sea o no una mierda me es irrelevante, lo que me importa es sentir que me llena). Ahora todo, de repente, se ha desmoronado.

No sé qué hacer para paliar la sensación de irrelevancia, no sé si tendré casa, estoy en un curro que me revienta pero que hasta ahora me daba para seguir y ya no (o sí, depende del alquiler). No sé que hacer para paliar la sensación de insuficiencia. No sé que hacer para sentir que puedo valerme por mí mismo tanto en lo material como en lo ¿espiritual? Lo de alimentar las cosas del sentirse bien en el mundo cosa mundo. No sé. Estoy muy confuso.

¿Tan mal estaba componiendo, tan saturado, que no he podido volver a hacerlo? No sé casi nada. O nada.

No quiero dejar esta entrada así, tan oscura. Pero es lo que hay.

lo del tiempo

Ayer estuve probando el nuevo pedal en el salón. Cinco horas que volaron en minutos. No me enteré de nada. Empecé a probar a las seis y cinco minutos después eran ya las once de la noche.

Qué rabia me da que el tiempo funcione así. Necesito que vuelen todas esas horas que estoy haciendo algo que no quiero hacer sólo por aplazar el momento en el que terminaré viviendo bajo un puente.

Estuve viendo un doculamida de ojete de M-Clan y luego una entrevista a Santiago Campillo, dándole vueltas estoy todavía. Lo malo de un grupo es que lo es y no se puede ir en cinco direcciones distintas y si el grupo tiene éxito hay mucho en juego. Tiene que ser complicado.

También terminé de ver La dama del lago y meh. Tampoco es que hubiera podido competir con el pedal en cualquier caso, pero nada digno de atención más allá de un par de cositas que no justifican las ocho horas.

¿Así va a ser esto? Pues no lo creo, pero probemos.