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un cursor arriba desafortunado

Por favor, que alguien me explique por qué.

El portátil que me compré hace un par de años con un win10 pro, el mismo que le hacía ir lentísimo incluso cuando hice una instalación limpia de windows, va muy fluido desde entonces primero con #!++ y posteriormente con mint. Le compré un ssd no muy allá, el más barato que encontré entonces, en sustitución del dvd que no iba a usar nunca y que lleva en una caja desde entonces. Se ha portado sorprendentemente bien, el SSD lo utilizo para el SO y el TB del disco duro original para la partición /home, lo que me permite formatear a placer sin perder nada.

Lo compré siguiendo algunos requisitos básicos: no quería una pantalla muy buena que consumiese mucha batería (es para escribir, ver pelis me la suda pero la batería me importa, y mucho), quería como mínimo un i3, quería como mínimo 8 gb de ram, un teclado con un buen tacto para escribir y una gráfica que, aunque malota, fuera dedicada (eso está de más, pero me apeteció, yo qué sé, no era un sine qua non pero lo he agradecido un montón desde entonces). Este fue el que encontré por 300 pavos y estoy encantado con él. Todas las canciones que están metidas en el blog están grabadas con él, programo, escribo, diseño y guarreo muchísimo con él porque si lo rompo… pues no se pierde tanto. Le cuido todo lo que puedo, pero soy consciente de la intención con la que lo compré y no la pierdo de vista. Cuando llega el momento de forzar se fuerza y no me tiembla la mano.

El único problema que tenía y tiene es una peculiaridad del teclado. En él la tecla mayúscula derecha está partida por la mitad. La parte izquierda es la tecla arriba y la parte derecha la mayúscula en sí. Eso, para un portátil que compre con la idea de utilizarlo básicamente para escribir (aunque finalmente lo uso para casi todo) es un problema. Casi siempre que usaba el meñique derecho para la mayúscula terminaba subiendo una línea y escribiendo encima de lo que hubiera.

En windows lo solucioné con autohotkey convirtiendo esa tecla hacia arriba en otra mayúscula con un script parecido a este (no recuerdo exactamente cómo escribí el que usé, pero este funciona bien y seguro que era casi el mismo):

; up como mayus
Up:: 
send {RShift Down} 
KeyWait, Up 
send {RShift Up} 
Return

y una vez que decidí investigarlo lo solucioné en linux con un comando que se ejecutaba al inicio, en #!++ dentro del archivo de configuración de openbox y en mint con las aplicaciones al inicio. El comando utiliza xmodmap y es tan tontaco como:

xmodmap -e "keycode 111 = Shift_L"

No recuerdo si Shift_R no me funcionó o no le di más vueltas, pero al final funciona y lo hace bien.

El caso es que, jugando a algunos juegos de pseudo programación como hacknet, todos los de zachtronics o algunos que dependen de las teclas de dirección tan geniales como undertale, el hecho de que cargara en un inicio ya no me parecía tan genial. Es un pc para escribir, por supuesto, pero si lo uso para otras cosas no me molaba que fuera un incordio. Sustituir los cursores por el teclado numérico desactivado, que sí funciona en todos los editores de texto que he utilizado, no me estaba funcionando en los juegos.

Para hacer fácil el cambio no hay más que modificar el .bashrc que está en tu carpeta de inicio.

$ sudo nano ~/.bashrc

eso si usas nano, si usas vim pues cambias uno por otro

$ sudo vim ~/.bashrc

y añades al final estás lineas

# la mayúscula flecha de caca
alias mayus='xmodmap -e "keycode 111 = Shift_L"'
alias flecha="setxkbmap"

reinicias o, si no te apetece, escribes en un terminal

$ source ~/.bashrc

y ya lo tienes funcionando. Si abres un terminal y escribes "mayus" y le das a intro la flecha hacia arriba funcionará como una tecla de mayúsculas, sin embargo si escribes "flecha" funcionará como el up. Sin más jaleo tienes la tecla funcionando como te interese.

Es una cosa muy tonta que tenía que haber hecho hace mucho tiempo, pero se me ha ocurrido hoy. Undertale tiene la culpa. Undertale y la cantidad de tiempo ocupado en cosas como esta que hace que, de repente y de la nada, se me ocurra un cómo.

el mundo sin belleza

El cover de take on me vino de The last of us part 2, no de A-ha. De hecho, cuando vi el vídeo original tuve la sensación vaga de haberlo visto alguna vez hace muchos años sin que me llamara especialmente la atención.

Y, sin embargo, la interpretación de Ellie es parte de mi barrio emotivo, una forma estúpida de llamar a aquello que me rodea y me hace sentir cosas. En este caso algo imposible en medio de una cantidad casi intolerable de mierda en el contexto de la historia. Lo curioso no es sólo que este entorno sea un videojuego, que ya de por si tiene su cosa para según quién, sino que yo ni siquiera lo jugué. Es exclusivo de PlayStation y yo no soy consolero. Vi jugar ambas partes a un tipo en Twitch durante días. No todo en directo, pero en su mayor parte sí.

The last of us pertenece a mis recuerdos. Hay momentos, reacciones y personajes que son, y en esto evito la ñoñería, parte de mi vida.

No es algo con lo que me torture, porque haberlo vivido es gratificante de sobra, pero si intento explicármelo y entenderlo creo que la historia entró en mi cabeza a través de una puerta que abrieron la escasez y la violencia.

Aunque fuera de la lógica propia del mundo del videojuego no tenga mucho sentido, registras cajones para encontrar los materiales que necesitas para mejorar tu equipo y para construir cosas. Ok, es extraño que no haya pasado nadie por este baño en todo este tiempo, o que todos los que lo hicieron olvidaran coger ese frasco de pastillas, pero dentro de las reglas de este mundo funciona. No hay demasiadas cosas, no es posible tener todo lo que necesitas. Además de la posibilidad de la vida y la muerte contra el enemigo que tienes delante está también la de vivir sin nada para afrontar al siguiente, lo que es morir de antemano. Eso supone una constante sensación de dureza en lo que te rodea, asignarle y ponderar un coste a mantenerte con vida ahora.

Y la violencia, la violencia constante y contra todo. Un mundo en el que no tienes un despiste de más. En una novela meter tanta repetición de lo mismo es complicado y dependería de una prosa tremenda y un lector con una disciplina de diamante, en una película el margen de tolerancia frente al aburrimiento por repetición es mayor porque no todas las muertes son la misma muerte y eso pertenece a lo que se ve. En un videojuego es un poco más ancho todavía porque eres tú el que está matando gente, eres tú el que está haciendo cosas (si eres tú el que está jugando y si dejas pasar lo horrible de llamar a matar gente hacer cosas, virtualmente o no lo único que no existe son las consecuencias, que por otra parte siempre existen de uno u otro modo y es una palanca que el juego utiliza a discreción). La violencia, por supuesto, añade también su buena ración a la sensación de dureza.

Esa dureza se convierte en un cepo demoledor que va atrapando tu cabeza lentamente y te va erosionando durante horas, acumulándose en una tensión interna que termina hablando por su cuenta. No es que la dureza tenga un sentido o no en lo que sucede, lo tiene pero no es relevante porque la dureza del entorno no es una descripción de lo que ves sino algo que no es juego y que te está hablando a ti directamente. Es una presencia que se escapa de la pantalla en cuanto imagen y se convierte en atmósfera y te manipula para sientas lo que (supongo) los desarrolladores buscaban con ello (no voy a hacer spoilers hoy). Se podía haber contado esa misma historia sin tanto plataformeo, pero no habría sido un videojuego. Y tendrían, además, que haber encontrado otro modo de llevarte a ti al límite. Todo en el videojuego, incluido el cambio en su mitad, pretende romperte a ti haciéndote saltar por los aires. Y te hace explotar a lo burro, sin tacto alguno y contra tu propia voluntad (excepto la de seguir jugando, ahí está la gracia).

The last of us, la suma de ambas partes más el DLC de la primera, es una muy buena historia que está muy bien contada. No importa si te la cuenta un videojuego o un libro o una película, pero sí importa que el videojuego tenga acceso a mecanismos que no tienen las demás. Que se junten ambas cosas, lo de la buena historia y lo de bien contada, es lo que ha metido a sus protagonistas en mi cabeza para el resto de mi vida. En ese contexto, cuando Ellie coge la guitarra y canta take on me, tú lloras. Lo haces porque estás metido en ese en medio que es la mierda que te rodea por todas partes y eso te hace reconocer el valor exacto que tiene que ese momento pueda existir. El valor de que ese momento se esté dando contra toda probabilidad en ese contexto. En esa puerta la metáfora que es siempre una narración se ha adueñado de tu cabeza y ya no requiere que intermedies. Ya no necesitas entender o analizar. Eres.

Para que tú seas en una narración tu cerebro tiene que estar percibiéndola intensamente como realidad. Ya no le presta atención en segundo o tercer plano, se funde con ella. No hay muchas cosas que puedan meterme en ese estado de flujo, así que las aprecio un montón.

Todo lo duro que sucede lo hace para inyectarte a ti dentro de lo que no es duro y sucede. De hecho, es todo lo duro que sucede lo que convierte sin esfuerzo alguno lo no duro en algo tan duro de ver y vivir. No lloras por el take on me, sino por la luz con la que ese momento y esa canción redimensionan todo lo demás, justo después de que precisamente todo lo demás haya posicionado ese momento en el lugar preciso en el que está. Si bien todo lo demás ha convertido ese momento en algo tan valioso y raro, ese momento le devuelve la pelota convirtiendo todo lo demás en algo mucho más oscuro y pavoroso todavía de lo que ya de por sí era. El mundo, sin belleza, es menos feo, no más. No parece tener sentido que sea así, pero es precisamente cómo funcionan las cosas.

Quizá, incluso, en un futuro, cuando tenga nostalgia de todo esto, termine renegando de mí mismo y comprando una consola. Ahora mismo no puedo saberlo. De lo que sí estoy seguro es de esa nostalgia. Vendrá seguro porque ya está. Todavía es pequeñita. Crecerá.

24 meses

Hace dos años que saqué la web de los servidores de amazon y la metí en mi propio servidor en casa. Aprendí un montón de cosas y fue El Bien.

Hoy se conmemora ese día tan importante en mi cosmogonía, sólo quería dejar constancia. Invitadme a cervezas.