gilipolleces

He vuelto a la facultad. Me gusta estar allí, ver a todo el mundo. Me gusta cambiar de aires, salir de esta casa. Me he comprado el abono transportes sólo por salir de aquí, aunque no tengo dinero para permitírmelo. Estoy convencido cada vez más de que la relación, tal y como estaba, era una mierda que nos estaba destrozando a los dos. Pero joder, este silencio... y lo más curioso es que el silencio lo impongo yo. Porque cuando la veo se rompe el precario equilibrio.