cerveza y teclas
Estoy aquí, en mi guarida, que ya empieza a parecerlo. Tenía razón solano, esto tiene que ser mío, tengo que dejarme de tonterías y hacerlo mío. Yo también lo sabía, pero guardaba algo así como respeto. O lo que sea. Abro mi segundo litro de cerveza (ya pararé, es cuestión de tiempo), he estado escribiendo unos relatos. Ahora vendrá Ortondo, cervezas y unas alfombras que tiene que comprar para sus padres, luego quedaremos con Jara, cervezas y guitarras, y al final todo el mundo se irá y he quedado con Cisneros, para tomar unas cervezas aprovechando que hoy es viernes y mañana no curro. A lo mejor vic y leti también, pero no creo. He estado escribiendo unos relatos, me han parecido buenos. Aunque mi opinión no cuenta.
Hoy ha llegado el carnet de lore de la facultad, le he enviado un mensaje diciéndole que se lo dejaría a vic y a leti. No ha habido respuesta.
Estoy de suerte, porque sólo me tomaré lo que me pueda pagar, soy así. Me relamo pensando en la gente que conoceré esta noche. Esos relatos eran buenos. Lore está perdiendo el pelo, parece un ratón con las orejas que le dejó su madre, porque nació sin forma en ellas. Se hace una coleta y el diámetro es de un centímetro, como mucho. Va a ir al médico, o ha ido ya, diez mil pelas la consulta, sin incluir tratamiento, me dijo que no podía con eso. Con eso y más. Yo me he ido a tomar la tensión y la tengo como un niño, cuestión de paradojas. Ya no tomo las pastillas.
Los relatos eran buenos, la vida no parece estar mal del todo. Tengo que ver a solano y a mi hermana, les echo de menos. Mañana. Lo bueno de estar arruinado es que no puedes pensar muy lejos en el tiempo, porque parece imposible. Pero estamos a primeros de mes. Después es después, ya vendrá. Tendría que mirar en internet si el casero ha pasado el alquiler por la cuenta de lore, desde luego por la mía no. Pero no quiero mirar, no me da buen rollo, al principio miraba, pero creo que era algo morboso. Ya me avisará. Es como el cajón de sus bragas, sólo lo he abierto cuando metía bragas limpias, y sin posar mucho la mirada, más bien nada. Su armario es diferente, porque está en la misma puerta que el mío, pero tampoco he mirado. Será que soy pudoroso o algo así.
Me investigo dentro para saber si quiero que llame alguna vez. Pero no tengo la respuesta muy clara, así que pienso e investigo otra cosa. Me investigo a mí, me subyuga el movimiento, supongo que incluso la situación. De momento, eso lo sé, pero me subyuga. Derrumbar litros de cerveza en vez de derrumbarme yo mismo, una buena herramienta es la escritura, mientras ella no falle todo está más o menos bien.
Sueño bastante con ella, pero no sirve, porque en los sueños no nos reconciliamos ni nada por el estilo, sino que simplemente vivimos como si nada hubiera pasado. En mis sueños no ha pasado nada, y seguimos viviendo, tienen un poco de retraso. A veces, al volver del curro, se me viene a la mente que ella está en casa, esperándome para decirme tal y cual cosa, pero intento apartarlo rápido, encenderme un cigarro y seguir caminando. Es bueno pasear, aunque a veces me asalten ese tipo de pensamientos. Entra el aire, uno se convierte en piernas y pulmones, como con la bici. A veces vienen pensamientos dolientes, pero es cuestión de apartarlos, las calles cambian, porque siempre hay diferente gente. Está la piba de la bici, yo he dejado de ir en bici al curro por la lluvia, pero ella no, ella es constante y no tiene miedo a las zapatas mojadas. Claro, ella tiene freno de disco. Ese no falla. Además ella debe pesar 45 o 50 kilos, no es lo mismo que mis 94.
94, hace tres semanas pesaba 100. Creo que no he comido nada desde el miercoles, pero no por falta de voluntad, me he hecho lentejas y judias blancas y albóndigas, material de lata, pero lo vomito, casi automáticamente. Sólo puedo con las manzanas, manzanas siempre que me acuerdo. Me llevo un par de ellas al curro, pero últimamente ni eso, también las vomito, se las regurgito a la taza, como un ave padre. Es sumamente triste vomitar en los baños del curro. Son asquerosos sólo con pensar en la cantidad de gente que caga en ellos al día. Siempre que voy a mear hay gente cagando, se oyen pedos con sordina, que retumban tímidamente en los cachetes, huele mal, o normal, no sé, pero huele a mierda. A veces salen, miran para otro lado, se lavan las manos. Han tirado de la cadena y lo saben, yo miro las perneras por si se les ha quedado alguna huella de orines, a veces las veo. Se lavan escrupulosamente las manos, repartiendo muy bien el jabón. Algunos tiran de aire, otros de papel, pero se secan para que los últimos restos se vayan. Otros salen orgullosos de si mismos, te miran a los ojos y dicen con su mirada: "sí, he cagado, ¿qué pasa?". Esos son los peores, como si no les hiciera falta porque están convencidos de que hacen lo que deben, no se suelen lavar las manos. Luego tomarán un bollo de máquina en la cafetería.
Y eso es todo, Ortondo se retrasa, eso me complica la tarde. Se me empiezan a juntar las citas. Con jara a las seis y cuarto, son las 5 y media pasadas. Con vic sobre las nueve, no creo que esté en condiciones de ir allí. Pero tengo que ir, para llevar el carnet de lore. Cisneros a las once, todo son complicaciones. Me gustaría tener hambre, sería más fácil. Sí, creo que me gustaría volver con lore, y prescindir de todo esto. Pero eso es imposible. Es un pensamiento inoportuno que se me ha colado. Pero ya está, olvidado. Bueno, o tapado.